Este año el equipo Citroën tiene el difícil reto de mantenerse en las primeras posiciones. Los nervios son más que justificados, el WRC empieza en la complicada Suecia donde el dominio del coche sobre la nieve hace destacar a los mejores. La adaptación a la nueva normativa del WRC. La apuesta por Ogier. La presión sobre el veterano Loeb. El cambio de coche. Si unimos todos estos ingredientes seremos capaces de entender que todo el equipo Citroën está con todos sus sentidos volcados a la competición.
Está claro, que el campeonato de WRC necesita mejoras para atraer a más marcas y nuevas caras en el mundo de los rallies, dado que la supremacía de Loeb y Citroën están haciendo que al no entrar un nuevo campeón los seguidores de otros países que no sean Francia estén perdiendo adeptos.
La organización del WRC intenta la entrada de nuevos competidores.
Y en su particular lucha de marketing, este año entra el nuevo equipo Mini con una clara apuesta a medio largo plazo para obtener grandes resultados
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