ESTEBAN DELGADO. Karlstad (Suecia) Si a alguien se le puede aplicar el apelativo de recordman, ese es Sébastien Loeb (Haguenau, 1974), cuatro veces consecutivas campeón del mundo de rallies, amén de unas cuantas imbatibles estadísticas más. El piloto francés cumplió en Suecia su rally número 100 y, aunque cometió uno de los pocos errores de su carrera y abandonó, charló con MARCA de su centenario.
¿Le gusta llevar cien carreras, ser centenario en este deporte?
El número cien es una cifra redonda, sí pero no es muy importante para mí. Si no me lo hubieran dicho quizá no habría caído en la cuenta. Los años pasan sin duda y te hace pensar que son pocos en alcanzarla. Por lo tanto para mi es una satisfacción, demuestra mí trayectoria en un deporte que siempre me ha gustado y en el que he triunfado.
Como gimnasta (Loeb lo fue en sus inicios) seguro que no habría llegado tan alto... No sé qué hubiera ocurrido si hubiera seguido como gimnasta y tampoco a qué podría equivaler esa cifra en esa disciplina, ¿quizá participar en cuatro JJ.OO?, no lo se”. (Pese a ello Seb se llevó el papel con las estadísticas que MARCA preparó con los 100 GP de Michael Schumacher y los 100 rallyes de Carlos Sainz).
¿Se acuerda de la primera vez que tomó la salida en una prueba del Mundial, el Rallye Cataluña de 1999 donde tuvo que retirarse tras sufrir un accidente con su Citroën Saxo?
Pues sí, pero en estos cien rallyes aparte de la satisfacción lógica de la primera victoria en Alemania 2002, recuerdo especialmente el Tour de Córcega de 2004 donde me proclamé campeón del Mundo por primera vez. Lo podía haber sido, curiosamente, en Cataluña donde debuté, pero rompí el cárter de mi Xsara y tuve que posponer esa consecución a hacerlo en terreno propio.
¿Y el rally del que guarda una memoria imborrable?
También fue muy edificante ganar todos y cada uno de los tramos cronometrados en la isla corsa en 2005, y aunque parezca lo contrario, pese a haber sido derrotado, el rally de Nueva Zelanda del año pasado donde Marcus Gronholm me ganó por tres décimas. Creo que en una batalla así no hay perdedores y quienes han dado todo por pisar lo más alto del podio pueden sentirse igualmente de satisfechos.
¿Y el peor momento?
Pues hombre, no ocupa un lugar especial en el recuerdo lo acaecido en el Rallye de Montecarlo 2002 donde por cambiar unas ruedas fuera de lugar me penalizaron con tres minutos acabando segundo evaporándose mi sueño de ganar por primera vez y hacerlo en una prueba tan emblemática como esa.
Usted proviene de la misma cuna de pilotos de la talla de Jean Ragnotti, Jean-Claude Andruet, Didier Auriol, François Delecour o Bernard Darniche, si bien su estilo parece más cercano al de hombres como el alemán Walter Rohrl, de un pilotaje nada espectacular, pero cien por cien efectivo. ¿Ha ido perfeccionando su pilotaje con el tiempo junto a los Sainz o McRae?
Mi conducción ha ido mejorando de forma muy progresiva, siempre he intentado hacer una trazada limpia a la vez que no perder el tiempo en salir de las curvas. Ir de lado queda muy bien delante de los espectadores, pero no funciona. Cuando salía detrás de Markko Martin intentaba calcar sus trazadas y la verdad es que al final los resultados eran muy buenos. Mi conducción se podía decir que es de circuito.
Pero usted apenas ha pisado el asfalto hasta hace poco en Le Mans
Aunque mi experiencia en las 24 Horas de Le Mans ha sido posterior. Tampoco aprendí nada nuevo en pista, se trataba más de una carrera de resistencia que de velocidad y ello te permite corregir tus propios errores una vuelta tras otra.
¿Hubiera ganado con otro coche, al igual que han hecho otros pilotos, o tiene lo que tiene por ser siempre fiel a Citroën?
Al final prácticamente la lucha por el título se suele centrar en dos pilotos. El caso del 2003 donde nos presentamos cuatro pilotos, Solberg, Sainz, Burns y yo en la última cita, el Rallye de Gales, con posibilidad de ganar el título, fue algo excepcional. Lo normal es un mano a mano. Casi siempre ha pasado así. Por otro lado esta es la época que me ha tocado vivir y difícilmente puedo cambiarla.
El Campeonato del Mundo de Rallyes, o WRC, no pasa por sus mejores momentos e imagino que usted lo sabe perfectamente. ¿Qué cree que debería hacerse?
El Mundial resulta difícil de llevar ante el telespectador, pero en otras épocas se ha logrado. La confrontación con los circuitos es evidente y resulta difícil de superar, pero como espectáculo es mejor incluso.
Pero ¿cambiaría el reglamento o algo más?
La reglamentación necesita mejoras ahora que ya finalmente se ha logrado reducir el número de pruebas, lo que hacía que los costos se disparasen para todo el mundo. Supongo que vosotros, los periodistas, también tenéis algo que decir al respecto.
Es obligado que le pregunte sobre Dani Sordo. Está claro que ante un deportista de su talla a su compañero de equipo sólo le resta esperar una oportunidad, pero le cuento un secreto, Dani nos ha dicho que le preguntemos que cuándo se retira.
(tarda unos dos segundos) Cuando él me gane.
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